Con la LOPDGDD se exige que el consentimiento sea expreso, como una clara acción afirmativa. Desaparece el consentimiento tácito y la legislación vigente difiere claramente de la antigua LOPD que permitía el mismo, en algunos casos.
La propia Agencia Española de Protección de Datos indica que el responsable del tratamiento debe identificar los supuestos de tratamientos de datos personales para los que ha recabado el consentimiento, valorando si se ha hecho con clara acción afirmativa o no.
El consentimiento, con la mirada actual
El artículo 6 de la LOPDGDD establece cómo debe ser el consentimiento y sigue la línea del Reglamento Europeo de Protección de Datos en su considerando 32
Los requisitos del consentimiento son los siguientes:
1) Debe reflejar una manifestación de voluntad libre, específica, informada e inequívoca de aceptar el tratamiento de sus datos. Por tanto, el silencio, las casillas ya marcadas o la inacción no constituye consentimiento.
2) El consentimiento debe darse para todas las actividades de tratamiento realizadas con el mismo fin. En caso que el tratamiento tenga varios fines, debe darse el consentimiento para todos ellos.
3) El consentimiento puede ser revocable. El responsable debe informar al respecto. El consentimiento no se considera libremente prestado cuando no hay libre elección o no puede denegar o retirar su consentimiento sin sufrir perjuicio alguno.
4) Se debe emplear un lenguaje claro y sencillo por parte del responsable del tratamiento en el modelo de consentimiento elaborado previamente. El interesado debe conocer como mínimo la identidad del responsable del tratamiento y los fines del tratamiento.
5) El responsable del tratamiento debe ser capaz de demostrar que el interesado consintió el tratamiento de sus datos personales y que recabó dicho consentimiento de manera adecuada y conforme a las exigencias legales, debiendo guardar constancia documental de todo ello.
