Actualmente las empresas tienden a digitalizar cada vez más sus tareas cotidianas. Debido a esta digitalización el fraude ha dado el salto al mundo online, adaptándose y evolucionando al nuevo contexto tecnológico.
De hecho, el fraude es uno de los principales factores de preocupación para las empresas a la hora de realizar compras online o de llevar a cabo sus transacciones y negocios.
¿Cuáles son los fraudes más comunes a los que se enfrenta una empresas? ¿Cómo se producen? A continuación os detallamos los que se dan con mayor frecuencia:
Spear phising: Correo electrónico que aparenta ser de una persona o empresa conocida.
Objetivo: Solicitan información financiera, números de tarjeta de crédito, cuentas bancarias y contraseñas.
¿Cómo?: A través del correo electrónico.
Finalidad: Llevar a cabo un robo o también puede ser un paso intermedio para realizar un ataque mas complejo.
Ransomware: Programa informático que restringe el acceso a determinadas carpetas o archivos.
Objetivo: Bloquear el equipo o cifrar la información contenida en él.
¿Cómo?: A través de un enlace o un archivo adjunto.
Finalidad: Extorsionar a la empresa para la devolución de la información a cambio de un rescate económico.
Fraudes financieros: Préstamos a un tipo de interés muy bajo para refinanciar su negocio.
Objetivo: Solicitar un adelanto en concepto de gastos de gestión o tasas para la concesión de un préstamo.
¿Cómo?: A través del correo electrónico o página web.
Finalidad: Tras el pago de los gastos de gestión del crédito, la empresa no recibe nunca el préstamo.
Ataque dirigido a una transacción: Interceptar las comunicaciones entre dos empresas y estudiar sus costumbres.
Objetivo: El atacante cambia la cuenta donde se ha de realizar el pago haciéndose pasar por el proveedor.
¿Cómo?: A través del correo electrónico.
Finalidad: Conseguir que el usuario realice la transacción final en una cuenta suya.
Consejos
- Ser precavidos antes de contestar solicitudes de información sensible (datos bancarios, contraseñas) por correo electrónico.
- Tener cuidado al abrir archivos recibidos por correo electrónico si el origen es desconocido.
- No adelantar dinero a la hora de solicitar un préstamo.
- No acceder al cambio de cuenta de destino de una transacción sin haber confirmado al 100% que es legítima.